Consecuencias de la última compra de Google: Nest
La semana pasada conocíamos la última adquisición que ha hecho el gigante tecnológico Google por “tan solo” 3.200 millones de dólares. Quizás muchos de vosotros no conozcáis Nest, firma tecnológica que crea, de momento, termostatos y detectores de humo inteligentes para el hogar, pero ya va siendo hora de que os suene poco a poco. Más que nada porque dentro de pocos años tendréis alguno de sus productos en casa.
Nest es una empresa norteamericana cuyo dueño proviene de Apple, concretamente de la etapa buena de la marca de Steve Jobs, en la época dorada e innovadora de la compañía. Tony Fadell, uno de los creadores del iPod, es CEO de Nest y desde hoy trabaja para desarrollar nuevos productos y servicios para Google. A día de hoy “solo” crea y comercializa termostatos y detectores de humo inteligentes, productos que conocen a sus dueños y son capaces de autoprogramarse en función del uso que hagan estos de su propia casa. También se pueden controlar a través del smartphone. Se trata de un avance muy interesante para el autocontrol de consumos, adecuación de temperaturas del hogar o prevención de incendios. Cierto.
La compra de Google abre un sinfín de cuestiones alrededor de los objetivos estratégicos marcados por el buscador. Y es que ahora, todos los datos que recogen estos productos inteligentes del hogar ya no serán exclusivamente del consumidor y de la marca que da el servicio (Nest). También pertenecerán a Google, y esto significa que se abren a marcas que quieran conocer más si cabe los hábitos que tenemos en nuestra casa.
Ad Age ironizaba en uno de sus últimos posts sobre las diferentes situaciones que se pueden dar en nuestros hogares en un futuro no muy lejano. Por ejemplo, si se te quema la cena que habías preparado para tu pareja, la pizzería más cercana a tu casa te enviará un mensaje con un 10% de descuento como promoción especial.
El internet de las cosas es una de las mejores definiciones populares que se puede hacer ya que poco a poco diferentes gadgets se irán introduciendo en nuestro día a día. Gadgets inteligentes y funcionales para el usuario, cuyo valor añadido son los datos que generan para darnos mejores soluciones. Pero datos y privacidades que las compañías tecnológicas pueden vender a terceros abriendo una veda difícilmente de controlar ante posibles bombardeos de las marcas a los usuarios.
Este post lo cerramos con una de las conclusiones que hicimos en el libro “What´s going on? 2014″ ante la nueva era de la privacidad y nuevos gadgets:
Las marcas tienen que tomar un papel responsable en el tratamiento de datos que les facilitan sus clientes y sus clientes potenciales. Las personas tienen que tener el derecho a preservar su intimidad, a ejercer el control sobre los datos que han facilitado, y a decidir cómo, cuándo y desde dónde se administran. Las marcas tienen que facilitar estos procesos y aclarar sus usos, duración de registro y procesamiento.
Sólo a través de una relación de confianza entre la empresa y el usuario podrán entenderse las dos partes y beneficiarse mutuamente.